Ayer hubiera sido tu cumple, mi hermana te felicitó; sin embargo, yo brindé, brindé por ti, con amargura por saberte lejos y sin retorno, brindé por mi, por un presente y un futuro que espera ser devorado y, sobre todo, vivido; porque sí, lo que vivamos, es lo que nos vamos a llevar, y por ello, hay que exprimirla hasta la última gota, con lo bueno y lo malo, como hiciste tu.
¿Sabes? Me va a costar mucho que llegue el 16 de Marzo y no suene el teléfono, y no seas tu diciendo "Felicidades Sobrina!" como cada año desde que recuerdo, ese día sabré que es verdad y qué extraño será.
Pero una cosa sé... Es un Hasta luego.
Te quiero Tata.
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