El Silencio es el Verdadero Lenguaje de las Almas

El Silencio es el Verdadero Lenguaje de las Almas

viernes, 23 de diciembre de 2016

Cada 23 de Diciembre

Es curioso cómo pasa el tiempo y cómo los recuerdos se quedan con nosotros. Hoy, 23 de Diciembre es un día especial, me gusta recordar lo que significó para mi, lo que pudo significar para él en aquel momento; pero ante todo, el salto al vacío que supuso para mi y del cual no me arrepiento ni un solo día de ello.

Quizás mirando desde otro punto de vista no fue para tanto, quizás simplemente fue un cruce de caminos, hacia otro mejor, pero para mi fue especial, fue único. Y ahora alejados en el tiempo, distancia y vivencias, aunque no en mensajes... me gusta saber que existió, que apareció, que me despertó y que hoy en día, sigo recordándolo con una sonrisa, a pesar de todo lo pasado.

Quizás no lo recuerde, aunque es más un "no sé de qué me hablas", le conozco demasiado bien, pero cada 23 de Diciembre seguiré mirando el calendario, seguiré sonriendo al pensar en él, y agradeceré que ese día, aquella noche de luna llena, su mirada se cruzara con la mía, que ese instante nos descubriera, y sin más, lo cambiara todo...

Hay personas que vienen y van de tu vida, se quedarán más o menos tiempo, dejarán más o menos huella, pero sin duda, si el destino lo ha decidido esa huella será para siempre.

P.D.: Con las personas no existen las casualidades, simplemente el Destino.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Ausencia

A-u-s-e-n-c-i-a. Así comenzó escribiendo en aquel lienzo en blanco, meditando cada letra conforme la escribía, sencilla aparentemente, pero terrible en significado... 

Qué nos lleva a sentir ese clamoroso vacío del no estar, del no verle, del no hablarle, del no sonreírle, en definitiva, de no sentirle. Quizás es un poco exagerado, pero hay personas que nos dejan huella, que se van haciendo un hueco especial en nosotros, y el hecho de que ya no estén nos deja desolados, vacíos y desamparados ante un nuevo rumbo, ante un después de...

Es curioso, hace unos meses ni me lo habría planteado, andaba sumergida en un estado de vivir y listo; pero tuvo que aparecer, como me dijeron, en el momento que tenía que ser, para mi claro. Porque me cambió, me despertó y me hizo disfrutar de nuevo de cosas que había encerrado en ese cajón olvidado del alma que te hace VIVIR de verdad.

Por tanto, ahora que no está, que su ausencia se hace larga como la sombra de los árboles en otoño, que correría a contarle cosas de mi día a día, que le escribiría relatos sobre un mundo lleno de ilusión y esperanza, ahora... Ahora tengo que guardarle en ese rinconcito especial, para sonreír al pensarle, para sentir tristeza al saber que no está, pero ante todo, para saborear cada momento en el cual me enseñó algo, se abrió camino en mi, me despertó y me hizo soñar; al fin y al cabo, disfruté de él...Y eso es eternidad.

Hay personas que la ausencia no puede borrar, y menos mal.

P.D.: Sí, a veces no me lo callo... Lo que te echo de menos.

lunes, 24 de octubre de 2016

Mea Culpa

Tal cual. Hay días que me levanto como si sufriera una fusión nuclear en mis adentros. Ya sea por no dormir bien, que también, por estrés, un rato largo, por mil calentamientos de cabeza que lleve, psss o las "benditas" hormonas! El caso es que ese día "muerdo", y no es que lo haga queriendo, es que me sale el lado sincero y tocapelotillas, y me metería en una burbuja.

No todo es malo, porque en ese lado sincero, digo lo que siento, y me da igual que se piense que debería estar calladita, que se está más guapa, o que quizás se está fuera de lugar. Francamente, lo que no se dice al final se enquista, o cuando lo dices es demasiado tarde. Así que si me sale decir un Te quiero, o un simple "Te quiero ver sonreír", hoy es el día perfecto para oírlo de mi boca, porque será tan real como el sol que hace hoy aquí, más que nada, porque normalmente, me costaría horrores decirlo, y porque no lo digo sin sentirlo. Cosas del caparazón :) Cosas del "Me lo guardo".

Tocapelotas... Brusca, criticona si algo no me gusta, y más si tengo razón uffff, y sobre todo, ausente. En mi mundo interior, en mis letras, en mi música, o simplemente, en las nubes.

Así que sí, Mea culpa, soy rara.

P.D.: Lo siento. Es lo que hay.

viernes, 21 de octubre de 2016

Lluvia

En forma de pequeñas gotitas que se posan en la piel como una caricia. Sin duda, la melodía de la naturaleza. Ya sea en forma de cortina o como calderos lanzados al viento. La lluvia forma parte de mi, es de los fenómenos que más me entusiasman, incluso cuando va acompañada de relámpagos y truenos, ahí es sublime. En mis relatos casi siempre aparece la lluvia, da igual en qué forma, está, acompañando a los personajes, siendo el hilo conductor que los une, o simplemente, enmarcando la historia. Me gusta que sea así, puede dar un aire de tristeza, melancolía, o por el contrario, servir de bso de un beso, una caricia, o de cada una de las embestidas envueltas en deseo. Es único lo que la lluvia puede llegar a hacernos, influirnos.

Llevamos días acompañados de la lluvia, unas veces suave, otras enfurecida, y aunque para algunas personas pueda resultar engorroso y triste la ausencia de sol, para mi es pura inspiración. Cada gota, cada charco, cada parterre rebosante de agua puede ser el inicio de una historia; incluso los cristales empañados de vaho del coche, o la ventana desde la que veo llover, pueden ser ese clic que hace que la mente se vaya, se pierda entre mil pensamientos y sin más, fluya una nueva vida, una nueva historia.

Quizás mañana salga el sol, y el rumbo de los personajes cambie, pero en este momento, hay dos personas pisando charcos, cruzando miradas, y yo, quiero saber hasta dónde les lleva un día de lluvia.

Verdad?

martes, 18 de octubre de 2016

Mudanza

La lluvia acariciaba el cristal del gran ventanal, el día había amanecido gris, oscurecido por las primeras lluvias de otoño, pero con toda la belleza que sólo esos matices eran capaces de proporcionar. Dentro, el calor de la chimenea encendida calmaba el frío de las desnudas paredes maquilladas de blanco, en un intento por ocultar las cicatrices de vidas pasadas.
El suelo era un universo de cajas, paquetes, maletas y mil trastos que se perdían por las habitaciones, en unas apiladas, en otras a medio colocar, pero sin duda todos aquellos objetos deseosos de encontrar su lugar en su nuevo hogar.
Ella, sentada sobre una gran alfombra blanca, imaginaba cómo quedaría el salón, con el sofá que traerían en unos días, los dos butacones azules que aún estaban atrapados en su acolchada protección, las estanterías repletas de libros flanqueando la chimenea de piedra, los cuadros que vestirían las paredes, la lámpara que definiría su lugar favorito del salón, y hasta las plantas que pondría junto a las ventanas o los tulipanes que plantaría en los parterres de la terraza. Todo. Todo iba surgiendo en su mente como fugaces estrellas; había llegado su momento, alejada de mundo, con añoranza, pero con la fuerza necesaria para afrontar el futuro.
La mañana iba pasando despacio, pero poco a poco, cada libro, objeto o vaso encontraba su lugar. Así llegó la hora de comer, cogió el abrigo, un gorro rosa, se sumergió en sus botas de agua y se lanzó a la calle, llena de charcos, de coches enloquecidos por el desconcierto que crean cuatro gotas, y de personas, los nuevos figurantes de su historia. A pocas calles de su refugio, una pequeña cafetería asomaba entre los escaparates de telefonía y una floristería, sonrió. Se acomodó frente a la ventana, para seguir disfrutando de la estampa otoñal que le ofrecía el día, observando a los que entraban y salían, riendo con el día a día en su "TL" de Twitter, los mensajes de su hermana que ya la echaba de menos, y eso que acababa de irse, comenzó a saborear el Moca con leche de almendras que tan delicadamente le habían preparado.
Le leyó, como cada día, aunque llevaba varios en los cuales no había podido hacerlo como le gustaba, tranquilamente, releyendo, rebatiendo cosas que ni ella a veces entendía, buscar la respuesta y volver a empezar, le encantaba. En aquel instante le habló, de todo lo que estaba haciendo, de lo que había leído, y en general, de todo y nada, como ella hacía, hasta adentrarse en el silencio de quien ha consumido su ración diaria.
Al volver a casa, pensaba en lo curioso de las cosas, en cómo pequeñas pinceladas en forma de personas, nos iban marcando, dejando huella y haciéndonos felices, aunque fuera a kilómetros de distancia, o a dos paradas de metro. Todo había cambiado, la forma en la que la gente se relacionaba, el cómo se conocían, o cómo se podían crear "vínculos" entre personas que nunca se llegarían a conocer. "Este mundo loco" se decía para sí, y entre risas, "rt" y "me gusta", fue recorriendo los últimos metros hasta su portal, ahora acompañada por pequeñas suculentas, que pondría en la repisa de la ventana, y una orquídea rosa para la mesa del comedor, esa, que todavía no había comprado.
Llaves al suelo, botas fuera y portazo, sin duda, ya era su casa. Plantas en su sitio, flor en la mesa de las llaves, esa que poco usaría para las llaves, abrigo sobre el radiador de la ventana y silencio, un profundo y cálido silencio, sólo roto por una gota de agua que caía del canalón y el resto de su ropa al chocar contra el suelo.
La lluvia había dado paso a unas nubes naranjas y un tímido sol que asomaba en un último suspiro entre los edificios. De repente, "clof", la luz verde se encendió en el móvil, "clof" de nuevo, la duda afloró, esa luz y ese sonido podía ser de mil sitios...

"Café, té, un paseo por los charcos más famosos de la ciudad ;)"

Una sonrisa invadió su cara, en ese instante, iluminaba más que el sol de aquella tarde. Le respondió y de un salto se vistió, el portazo resonó en toda la escalera, ya no había marcha atrás. Recorrió las calles hasta donde le dijo, allí, junto a una farola estaba él, sonriendo con sus ojos, observándola con curiosidad, como quien descubre una aguja en un pajar, y entre suspiros intentando recobrar el aliento tras la carrera, le dijo:

- Primero los charcos, después... toda la vida.


lunes, 17 de octubre de 2016

Instantes

Ese segundo en el cual te quedas en blanco, tu mente no reacciona, tus músculos se paralizan, tus ojos se pierden, y ni siquiera eres capaz de oír. Ese instante en el cual una Luz te encandila en los ojos, tu respiración salta el abismo, tu cerebro siente la descarga, tu corazón se colapsa. Ese soplo en el cual sonríes, sin miedo, descubriéndole, deteniéndote en sus matices, respirando, latiendo... Sintiendo esa vida en la cual se marca el principio y el fin, como en un libro cuando termina un cuento, y de repente, se inicia uno totalmente nuevo; esa vida que vuelve a ser tu protagonista, sí, la tuya, donde esa mirada y esa caricia, te han despertado del sueño. Y donde sin quererlo, has vuelto a florecer como los cerezos...

P.D.: Instantes que ojalá fueran eternos.

jueves, 13 de octubre de 2016

Sesenta y cinco


Aquel día había sido extraño, sin beso al despertar, sin azote al salir de la ducha, sin un "te quiero" al cerrar la puerta; a veces, no nos damos cuenta de lo fugaces que somos y que en realidad, estamos hechos de instantes. Aquella tarde, se notaba que me buscabas, y yo necesitaba que me encontraras.

La lluvia resbalaba ligera por las ventanas, mientras, tus dedos comenzaban a explorar mi cuerpo... Despacio, sin prisa, grabando cada centímetro en tu mente, disfrutando del paseo, ese que comenzaba en mis pies y terminaba en tu boca. Cada lunar sellado con un beso de descubrimiento, ese, ese beso que anunciaba fuego. Sonreías malicioso, te encantaba ese juego, y yo disfrutaba siendo tu lienzo. Cada centímetro una conquista, un bocado, el gris borrado, un "te necesito a mi lado", un suspiro enmarañado en deseos, un "te he echado de menos". Y así, caminos de lava iban recorriendo mi cuerpo, esos que tu lengua entrelazaba en mi sexo, esos con los que mi piel reclamaba tu cuerpo.

Beso a beso, susurrándote deseos; mirada a mirada, descubriéndonos de nuevo; caricia a caricia, reescribiendo nuestros cuerpos.

Aquella tarde, andaba buscándote. Aquella tarde, anhelabas encontrarme.

P.D.: Que cada día extraño se convierta en el mejor. Es lo Subjetivo del Amor.

viernes, 7 de octubre de 2016

Prueba y Error

Y un día, conoces una persona donde las palabras van más allá del "jijiji" o del "jajaja", simplemente fluyen y construyen caminos, casualidad? No, bajo mi punto de vista, claro. Habrá quien piense que el cruzarte con alguien es como quien lanza los dados y espera a ver qué sale. Habrá a quien le funcione ese pensamiento, a mi no. Siempre he creído que si en tu camino se cruza alguien es porque se tenía que cruzar, igual a la inversa; tiene una finalidad, puede que solo sea un instante, un día, meses, años, da igual, ha pasado y es por algo.

Pues bien, esa persona te pone el mundo patas arriba y lo que parece un día normal, torna en algo pleno. No hablo de "sentimientos", esta entrada no va de eso, o sí... hablo de eso que se siente cuando se está cómodo, expectante, cuando se pone a prueba tu ingenio, donde te despiertan los sentidos y te dan alas para volar más allá de lo establecido. Habrá quien piense "pues vaya un aburrimiento", pues anda y que te den viento (con todo el respeto), porque a veces, cuando has pasado por ciertas vivencias o momentos, tu alma lo que necesita es espacio, tranquilidad, ver la vida desde ángulos imposibles, o al menos, un poco de aire para volver a lanzarte a vivir.

Así me encuentro yo, inmersa en un "yo te doy y tu me das". Sin reglas, simplemente disfrutando de las letras, y sinceramente, me gusta este cruce.

P.D.: Quizás el camino cambie, pero "no somos quien para cuestionar un cálculo instintivo de millones de años de prueba y error", y yo, no lo voy a hacer.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Dolor...

Qué curioso es el dolor. Cómo nos desarma, nos rompe y desgarra. Es silencioso, sabe jugar sus cartas, elige el momento preciso en el cual ya no lo sientes, está dormido; triste ingenuo, él no duerme, espera su momento.
Ese día, esa hora, ese instante que sientes que lo controlas todo, que eres invencible, que nada te vulnera ya, y sobre todo, que has olvidado.

Ese... Justo ese. Es cuando aparece, en forma de recuerdo, en forma de suspiro ajeno, en forma de quejido interno que te desploma, que te desmorona, y te devuelve a tu sitio. A su lado.

Quizás un día se vaya, sin más, sin darte cuenta; dejará de envenenarte, de retorcer tus entrañas, de nublar tu alma y dejarte ver más allá de su oscuridad impuesta.

Pero hasta entonces, seguirá ahí, vigilando en silencio, al acecho, para que en ese suspiro, te atrape de nuevo.

P.D.: Cada uno tiene su dolor particular, esa persona con la que se ceba el dolor, y sí, es difícil de olvidar.

martes, 27 de septiembre de 2016

Mil recuerdos y una carta...

Hace tiempo, mucho tiempo, antes de crear este trocito de luna para mi, tenía un rincón. Era mi sofá donde comencé a escribir mis pensamientos y donde mi "Alma" me regalaba sus palabras. Hoy, entre Paracetamol, fiebre, agua y duermevela, me he acordado de ese lugar, y he entrado. Mil emociones se han asomado entre los cientos de líneas que allí quedaron grabadas, son recuerdos, buenos y malos, pero al fin y al cabo, recuerdos de algo vivido, y eso, es precioso.
Entre ellos, no recordaba éste, me ha retorcido por dentro, pero a la vez, me ha hecho sentirme plena, porque si bonito es querer, más bonito es saber que te han querido aun sin estar. Con eso me quedo, con el recuerdo de lo bueno, de una época diferente, de curiosidad, y de una persona que hoy en día sigue siendo mi amigo.

"Sabes? (sé que sí), es difícil escribir a alguien a quien quieres tanto, pero con quien ya no estás, no compartes esos momentos... Pero tu has sido diferente en todo, hasta en eso... Pues eres tan sumamente maravillosa, que es difícil decir algo malo de ti! Al contrario, solo me viene a la mente lo linda que eres, lo bonita, lo dulce, risueña, cariñosa... Bueno igual que eres un tanto cabezota y quejica, pero nadie es perfecto (a parte mía).

Podríamos considerar este escrito, como una de esas cartas al viento que tu escribes (valga la redundancia), que obviamente leo, a ver si te crees que de repente ya no miro tu blog y demás... Por mucho que las cosas acaben, que en mi caso siempre suelen acabar, en este caso no diría que terminara, simplemente ha diferido, ha variado el camino... Pues siempre tendrás en mi un amigo, un apoyo, y lo que necesites... Sé que no es lo mismo, pero nunca querría perderte.

Peeero, vamos a lo que vamos, que no quiero estropear el día de TU cumpleaños, uno de los días más bonitos que ha existido, desde hace 28 años, eso sí (te haces mayor), antes era uno más sin importancia... Entonces apareciste tu, así porque sí, como siempre haces... Y hale, lo revolucionaste todo! Porque es lo que mejor se te da, ponerlo todo patas arriba, hacer sonreír, llenar de luz, y animar a quien sea... Cosa que deberías hacer más contigo misma, aunque veo que lo vas intentando eh.

El 16 de marzo puede parecer un día más, pero no es posible, por que es el día de la primavera por adelantado, la primera flor de esta estación nació ese día, y año tras año se hace más hermosa... Y no hay nada que se pueda hacer contra ello, solo sonreír y admirarla.

Sé lo mucho que te gustan las fiestas, cumpleaños, navidades... Y tu sabes que a mi me gustan más bien poco, pero al lado tuya es imposible no contagiarse de tu ánimo, tu hiperactividad! Y todo lo que desprendes, así que solo me queda decirte, que eres maravillosa, que vales? No, no vales nada, pues no hay precio para algo tan valioso, que disfrutes de TU día y que perdones a este "abuelete" por todo lo que haya podido hacerte, pues sabes que a pesar de todo, siempre serás una parte importante de él.

Un beso princesita, pásalo bien, ah, y felicita a tu hermana también".

P.D.: Sí, es una bonita carta al viento.




Soñar despierto

Sonaba Una mattina de Ludovico Einaudi, la cortina dibujaba ondas producidas por la brisa en aquel atardecer de principios de Otoño. Absorta en sus pensamientos dejaba correr los segundos imaginando, o mejor dicho, soñando. No le costaba trabajo soñar, simplemente, se dejaba llevar y su mente salía de su cuerpo viajando a lugares donde nunca había estado, y deseaba estar...
 Le imaginaba junto a ella, sentados mirando el mar en una tarde como aquella, con el sol quemando el horizonte y tiñendo el cielo de rosa, algodones de azúcar (sonríe). El mar estaba tranquilo, las olas llegaban tímidas a la orilla donde sus pies se veían acariciados por ellas. La brisa salada jugueteaba con su pelo mientras cerraba los ojos para saborear el momento. Él, mantenía la mirada perdida en el horizonte, achicada por el sol al tiempo que sus dedos se hundían en la arena, aferrándose a ella, reteniendo el instante.

De repente, una ola rompe con fuerza en las rocas, ambos miran, observando cómo desaparece en un remolino de espuma dorada (sonríen). Sus miradas se cruzan, ella que nunca había podido mantenerla a nadie hacía el esfuerzo, él que lo sabía, se mostraba firme, hasta que una carcajada los lleva a tumbarse sobre la arena, que poco a poco, había perdido su calor y tornaba fría.

La risa retumbó en su pecho, hasta dejarla sin aliento, y entonces le miró, esta vez distinto, como quien acaba de cruzarse, de descubrirse entre una multitud, y le susurró...

"Eres ese silencio en medio de una plaza abarrotada que nadie siente, y que sólo yo puedo oír"

La observó (sonríe), le guiñó un ojo buscando su mano, mientras perdían sus miradas en el cielo, un tapiz bordado de diamantes con su espléndido silencio...

La cortina la despertó de su mágico sueño, la noche había llegado y mirando al cielo se dijo para si "tan lejos, y bajo el mismo cielo".

P.D.: Hay silencios que merece la pena vivirlos.


viernes, 23 de septiembre de 2016

Tarde de Verano II

"... Me tomas en tus brazos y entre caricias me llevas a la cama… me tumbas, me besas, cogiendo entre tus manos mis pechos, apretándolos, mientras me susurras que son tuyos, “solo tuyos” te susurro yo a ti, en medio de mi dulce locura, de mi abandono a tu placer y al mío.
Bajas jugando con tu lengua por mi cuello, mordiendo, besando mi ropa y apretando entre tus manos mis muslos, metiéndote bajo mi ropa para después quitarme el vestido lentamente, mientras me susurras que me deseas, que me quieres… y yo que sigo en mi nube particular, sólo alcanzo a sonreírte y cerrar los ojos para sentir cómo tus manos y tu boca me van envolviendo, acelerando mi respiración, aumentando mi calor, y deseando que me hagas el amor. Me quitas el sujetador y comienzas a lamer mis pezones, coges el derecho con tus dientes tirando levemente de él, a la vez que acaricias mi otro pezón, y los lames otra vez, los besas, y cada vez yo más cachonda, aumentando mis gemidos, que te dicen que me llevas al cielo.
Busco tus labios, que me alimentan con tu lengua dentro de mí, y vuelves a perderte en mi cuerpo, encontrándote entre mis piernas… besando el encaje de mi braguita, deslizándola lentamente por mis caderas, sembrando un camino de besos a su paso, hasta liberarse por mis pies y acabar en el suelo junto con mi vestido, mi sujetador y los miedos.
Subes de nuevo, rozando tus labios por el interior de mis piernas, llegando a mis muslos y finalmente a mi sexo, húmedo, deseoso de que lo lamas y juguetees con él, y así haces como si me leyeras el pensamiento, te pierdes en mi entrepierna, lamiendo, chupando, y hundiendo tu lengua hasta el fondo de mi coño, haciendo que me estremezca de placer entre tus sabanas y que suspire más y más profundo.
Y cuando estoy a punto de correrme, paras, subes hasta mi boca, besando mis pechos y mordiéndome en el cuello, bajándome de la nube para comer de mi boca, mientras te suplico que me folles, con tu cuerpo fundiéndose con el mío y tu saliva volviéndome a la vida.
Te quitas los boxers notando como tu cuerpo desnudo se roza con el mío, como tu sexo, duro, fuerte, se roza con el mío, que late, que ansía que estés dentro de él… entras lentamente, poquito a poco, y por fin hasta el fondo, siento un escalofrío que me recorre la espalda y te abrazo con fuerza, entrelazando mis piernas en tu cintura, aferrándome a tu cuerpo. Pones tus brazos entre mi cabeza y con cada embestida me besas, me miras, me susurras palabras que a veces no oigo pero sí siento en mi corazón, tu respiración aumenta, y tus gemidos, y mis gemidos, hasta no saber cuál es tuyo y cuál es mío… cada vez más rápido y profundo, como me gusta, como sabes que me vuelve loca, que me lleva hasta el grito y tu “shhhhh” en mi oreja, que me hace derretirme y pedirte que me lo hagas más y más fuerte…
Y de repente, te mueves rápido, frenético, nos movemos los dos, se mueve la cama, y te noto ansioso, y cómo te fundes en mi… y me miras, y con esos ojos sé que te vas a correr, que me vas a colmar de ti. Comienzas a hundirte entre mi pelo y ainss, una ola de calor que me recorre, tu gemido ahogado mi boca y mi risa, mi dulce risa de la llegada al cielo, a mi precioso tormento.
 Te miro, te observo, te abrazo y te susurro que te quiero, que te quiero mucho y te lleno de besos…te tumbas sobre la cama acurrucándome a tu lado y acariciándome la espalda, sonriéndome, mirándome, susurrándome que me quieres más y yo sonriendo digo “si si, pero yo te beso más” y con ello sabiendo que soy tuya, de el principio a fin".

jueves, 22 de septiembre de 2016

Tarde de Verano I



"Bonita tarde de verano, es un sábado como otro cualquiera y volvemos a casa paseando, saboreando los aromas de los jardines, el frescor de una leve brisa que lo envuelve todo. Me coges de la mano, me abrazas, me besas, yo te beso, te muerdo, y entre miradas risueñas, entre besos y caricias vamos pensando que hacer hoy. De repente, una gotita de agua cae sobre mi frente, pequeñita, insignificante, pero a la vez, dando a entender que solita no viene… otra gota, más grande, esta vez en tu brazo, acompañada de un “upss” y una gran sonrisa con ojos de asombro… dos gotitas más, y comienza a llover, lento, como dando tregua, pero sin pausa.

Comenzamos a correr, me adelantas, normal, yo con tacones, frenas, me ves riendo y te acercas, me apartas con la yema de los dedos el cabello mojado que se apodera de mi cara, sonríes maliciosamente y echas a correr cogiéndome de la mano. Por fin llegamos al portal, mojados, sintiendo cómo el calor sale de nuestra piel, protegiéndonos, aunque es inevitable constatar que estamos chorreando. Te subes al ascensor y yo corriendo tras de ti entro al salto, tropezando y cayendo en tus brazos “ainss que trasto” me dices pero a la vez abrazándome fuerte… hundo mi cara en tu pecho oliendo tu piel mojada. Comenzamos a juguetear, te beso por encima de la ropa llegando hasta tu cuello, sabroso mientras lo muerdo… acaricias mi espalda hasta mis nalgas y apretándolas fuerte me besas, me comes la boca, me lames los labios, yo te sigo, abrazándote por el cuello y dejándome llevar por tus instintos. Se abre el ascensor y salimos, me abrazo a ti, acariciándote, buscándote esas cosquillas que no tienes, pero que yo disfruto en su ansiada búsqueda.

Abres la puerta y entro, tras de mi cierra, me giro y ahí estas, apoyado en la puerta mirándome, observándome, sonriendo y a la vez maliciosamente comiéndome con los ojos, con el pensamiento… te respondo con una sonrisa mientras me acerco a ti, entrelazo mis dedos con los tuyos, me voy rozando contra tu cuerpo, sintiendo el calor que emana y que me hace buscar tus labios de nuevo como en el ascensor. Ahora en la intimidad del salón y en el silencio de las paredes que nos rodean, que solo se rompe por mis suspiros y tus leves gemidos.

Desabrocho uno a uno los botones de tu camisa, con cada uno un beso en tu pecho y una caricia con la punta de mi nariz, que me lleva hasta tus pantalones… húmedos, pegados a tu cuerpo, pero resbaladizos en cuanto los desabrocho y dejo a merced de la gravedad. Continúo besándote, acariciándote con mis manos y con mis labios, sintiéndote en cada caricia más mío, y deseándola más y más… te quito los pantalones y te descalzo besándote los pies, vuelvo a subir, despacio, viendo cómo te pones tenso y a la vez relajado, llego a tu sexo, está inquieto, lo beso sobre tus bóxers y continúo en mi paseo veneciano hacia tu boca… dejo caer tu camisa y me abrazo a tu cuello lamiéndote primero los labios suave y dulcemente, después besándote y finalmente, bebiendo de tu boca, jugando con tu lengua, mordiéndote y respirando de ti..."

martes, 20 de septiembre de 2016

Ahora

Llevo días paseando por este trocito de Luna que es mi rincón. He estado tiempo sin escribir, bien por no tener nada que decir, bien porque llega un momento que te niegas a vivir en el pasado, a vivir de recuerdos que aunque te hicieron inmensamente feliz, duelen, y por ello, hay que dejarlos ahí.

En este tiempo me he planteado varias posiciones, seguir avanzando sin mirar atrás, borrar a esas personas de mi entorno, hacer como que no han existido, pero francamente, siendo como soy, me es imposible; así que la otra opción es aprender a vivir con ello, afrontar que una vez estuvieron y me hicieron feliz, y ahora, simplemente son un recuerdo y punto. A veces, cuesta, somos humanos y sentimos, pero a la larga, es una buena decisión.

Ahora leo algunas entradas y siento cierta vergüenza, por haberme abierto así, en canal, dejando mi alma al desnudo y sin protección, pero en otras veo lo feliz e inspirada que estaba, así que compensa. Es bonito haber sentido así, haberlo vivido tan intensamente, saberte querida aunque doliera, que hasta da un poco de vértigo. Pero como siempre he dicho es lo bueno de vivir, que tiene sus cosas buenas y malas, pero son las que nos hacen ser como somos y es lo que importa.

Hace un tiempo una persona que quería y quiero, decidió que tenía que alejarse de mi, no podía vivir en esa espiral de engaño, amor, deseo y mil sentimientos más. Me dolió, porque los años no se borran de golpe y cuando se quiere se quiere, pero por otro lado, llegaría, porque no era justo y porque hay almas que se cruzan tarde, que emiten una luz impresionante juntas, pero que sus caminos no deben ir juntos como quizás querrían, y por lo tanto, aunque hay decisiones que duelen, son lo mejor. Evitan que te estanques y no puedas avanzar hacia un futuro que puede dar más luz, y que será tuyo de verdad.

No sé si es madurar, o simplemente, aprender que hay piedras que aunque gusta de que estén en el camino de tu vida, no deberían estarlo de esa "forma", porque a la larga se convertirán en un lastre para tu vida y tu alma.

Y lo verdaderamente interesante, he conocido gente nueva, buena gente, gente no tan buena, pero en mi está el separar el grano de la paja. Aunque hay una Luz, está ahí y yo aquí, dos personas que se descubren en un mar de letras, con puntos en común, con otros que no, pero me gusta que esté ahí. Me gusta leerle, me gusta lo que transmite, es aire fresco; no es mucho, me sobra. A veces, solo necesitamos una pequeña Luz que nos ilumine un poco y nos devuelva, aunque sea una milésima, la confianza en el ser humano.

P.D.: Si Roma no se construyó en un día, mi alma no iba a ser menos.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Tu alma decide...

En qué momento tu alma decide que ha dejado de sufrir por alguien? Dura pregunta que te haces a ti mismo. Yo me la recuerdo de vez en cuando, al fin y al cabo, en algún momento mi alma tomará la decisión.

Piensas que el tiempo es la mejor medicina, otras veces, que el hecho de que aparezca otra persona que te deslumbre, hará que tu alma vuelva a revivir, como esa planta que te dejas sin regar en vacaciones y cuando vuelves, madre mía! Pero realmente funciona? El tiempo u otra persona? Sinceramente creo que no, puede ayudar, es innegable, pero que lo borre todo de un plumazo mmmmmm me huele a cuerno quemado.

El tiempo te ayuda a relajarte, a ver las cosas desde varios puntos de vista, a borrar fotos (porque ahora las llevamos en el móvil, y no nos ponemos tan DramaQueen frente a la chimenea quemando fotos y maldiciendo Ayyy!), a llorar, porque se llora, en silencio, a solas, o cuando te dicen "Oye, cómo vas?"; qué graciosos, te ven con la mirada perdida, y todavía necesitan que les digas cómo estás, "pues bien, divinamente!" ("ya que ardieras" piensas mientras sonríes en un suspiro). El tiempo puede ayudar, pero no, el tiempo no es la clave.

Quizás distraerte, conocer gente nueva (hombresss), hacer muchas cosas que hagan que los días fluyan sin darte cuenta. Ayuda, pero de qué sirve conocer gente nueva cuando tienes un rum rum en la cabeza con su cara flotando todo el día, es como si te hubieran dando un golpe y en vez de pajarillos revoloteando, tuvieras su cara amargándote el atontamiento.

Luego está esa cosa que nos pasa cuando nos hacen daño, cuando nos estrujan el alma y la pisotean cual colilla en la puerta de un bar, La Confianza, sí, esa palabra, esa sensación, esa maldita emoción que nos hace tirarnos por un puente, firmar una hipoteca al 10%, o lanzarnos con un paracaídas roto a sabiendas que la hostia va a ser épica; pero, es que confiamos en esa personita, sí, esa que nos ha despertado la tontería en el cuerpo, que nos pone como un animal en celo nada más oír el bip del teléfono, porque claro, sabes que es él (ya te ocupaste de personalizar el sonido de sus notificaciones), que te baja la luna (o eso crees) y que en fin, que te ha hecho enamorarte hasta los más bajos instintos, vamos, que estás perdido. Pues sí, ahora que todo se ha ido a tomar viento, te planteas el volver a confiar... JA! Cómo? Pues se supone que hay que hacerlo, pero claro, cuando aparece esa persona que te hace reír, que te gusta lo que ves, que es interesante, que es Inteligente! Piensas, y cómo me creo yo que esta persona cuando habla lo hace de verdad? Que no será otro cantamañanas más o simplemente, uno que pasaba por allí... Si antes estabas perdido, ahora estás bien jodido.

Porque como es de costumbre, no pensamos más allá de lo nuestro, de nuestro dolor, porque al fin y al cabo, todos tenemos alma (o eso se supone) e igual que a ti te la han pisoteado, porqué a él no, quizás piensa igual que tú, quizás "necesita tiempo" igual que tú, quizás desconfía igual que tú. quizás tiene Miedo igual que tú, sí, miedo, porque también nos da miedo sentir "mariposillas" en el estómago de nuevo.
Quizás está esperando que su alma decida en qué momento ha dejado de sufrir por alguien, no crees? O no.

La clave no es más ni menos que ya te cruzarás con él, tu corazón se desplomará como un castillo de naipes y, en ese instante, tu Alma habrá pasado de página, capítulo y hasta de libro.

P.D.: Lo jodido es que ese día no tengas ningún castillo de naipes en el corazón.

viernes, 16 de septiembre de 2016

Sus Ojos IX


Azules, sin duda, eran azules... Aunque fuera un adicto a los filtros, a los encuadres imposibles, o simplemente, a su intimidad. Eran azules, del azul del océano, del azul del cielo en un día de verano, del azul de esa orquídea imposible, o del azul del Mediterráneo, como a mí me gustaba llamarlo.
Ese azul que transmitía intensidad, una mirada quizás atormentada por un pasado que pesaba como una losa, o simplemente, porque su mirada estaba a la altura de sus palabras.
Lanzaba versos al viento en un intento de disolver los recuerdos, esos que a veces, nos hacen tragar saliva y achicar la mirada. Versos creados en un laberinto de sentimientos encontrados, de anhelos en construcción, de un enamorado de las fórmulas, de un hombre que sin esperarlo, era poeta sin creerlo.
Leía cada verso, cada vestigio de un recuerdo, reconozco que me costaba conocerlo, reconozco que me suponía un reto, pero poco a poco, esa mirada que parecía diluida en un mar revuelto fue tornando nítida, fuerte, expresiva, en cada hilo que susurraban sus dedos, quizás en un intento de quien necesita respirar profundo para soltar lastre... O quizás, por el gusto que da que te digan que eres bueno, cosas del ego...
Yo prefería pensar que eran cosas de una conspiración de su alma, que un día era luz, con su ingenio y maestría, y al siguiente, era una resplandeciente oscuridad, que jugaba con las palabras, que sin más, intentaba ser todo. Ser nada.
Divagando un día esa mirada reservada, me confesó que le gustaba el silencio, ese que no es soledad, sino simplemente refugio, consuelo, arropado por una buena Ópera, por el mar embravecido... O como me dí cuenta con el tiempo, tan solo para disfrutar del camino.

Así eran sus ojos. Así le veían los míos... Tan solo era el comienzo, del Azul en mi camino.

P.D.: Hay vértigos que merece la pena vivirlos.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Casa!!!

Hay personas que son hogar... Suena a topicazo, pero es verdad. Cada uno tiene esa persona que le transmite seguridad, desahogo y mil sensaciones más relacionadas con el "estoy a salvo".
Yo tengo una... Desde que entró en mi vida me ha dado muchos quebraderos de cabeza, quizás más que alegrías, pero siempre ha estado ahí, y eso, hoy en día, es de agradecer.
Era, el típico despreocupado de la vida, el que podía hacerte reír y a la vez follarte los sentidos, el de hoy lo quiero todo y mañana nada, el de "ven al sofá que vamos a pasar la tarde haciendo nada", el que sufría si sufrías, y el que escondía su sensibilidad a golpe de mirada esquiva.
Era único destruyéndote con una sola palabra, pero a la vez, era capaz de arrastrarse para coger cada trozo de tu alma, reconstruirte, y hacerte mejor...
Era amante, era cómplice, era compañero de batalla, de esa sin espada, pero sí de lengua afilada, era ese trozo que rellena el alma, era confidente, era mente inexplorada...
Era todo y nada, y aunque ya no es "nada", ahora es Amigo... Ahora es Casa.

P.D.: Hay personas que entran en nuestra vida para quedarse, simplemente, necesitan tiempo para acomodarse en tu corazón.

miércoles, 24 de agosto de 2016

El viento en su pelo y otras formas de enamorarse...

Así, sin más, sin palabrería, sin besos robados, sin caricias ardiendo en la piel... Así, con el viento enredando en tu pelo y tu mirada perdida en tus pensamientos, así, caí... Así me enamoré de ti...

P.D.: Formas de enamorarse tantas como personas se pueden enamorar, no hablamos de estadística, ni de cortejos, ni dos extraños cruzando mirandas en el rincón más oscuro de un pub, sino de ese instante único en el que tu corazón hace "crip" y ya no hay vuelta atrás.

jueves, 18 de agosto de 2016

Amnesia y otras cosas del cajón del pasado

"Yo?! Yo no sé nada, no sé quién es!..." Cri, Cri, Cri, Cri... Y se hizo el silencio en el mundo del Cobarde Macho Alfa, sí, ese que se las lleva de calle, que las tiene a sus pies, que chasquea los dedos y le salen cuatro o cinco tías que no pueden vivir sin ellos y que babean o besan por donde pisa... Vamos, el típico que en redes sociales es lo más y en su casa, es otro cantar.
Algo así viví hace años, él, atento, comprensivo, de los que le gusta bailarte el agua, y el que no tuvo el más mínimo reparo en decirme "he conocido a otra, con la que el sexo es "espectacular", pero no quiero perderte porque no estoy seguro, ella lo sabe", y así te quedas con cara de flipe, pero bueno, es lo que hay. Consideras que al final es mejor que sea amigo, pero que por favor, no te cuente las sesiones de sexo con la otra, mas que nada porque no te interesan, ni que se meta con tus relaciones con otros tipos, porque como siempre digo "para reprender no hay que tener vicio". Pasa el tiempo, nos distanciamos, pero queda esa amistad de quien aunque pasen años, se saluda con agrado, o se alegra de sus victorias... Ejem!! Hasta que llega el día en el que te confunden con una de esas de las que van babeando por el suelo y besando el piso, y dices "Pero esto qué es?!" "En qué peli de Woody Allen me han metido sin yo presentarme al casting!". Y entonces es cuando te das cuenta que ni eras amiga, ni fuiste medio algo, ni na!! Sólo una más a la que regalarle los oídos para ver si pillaba algo, y la que ahora es un pasado que se olvidó eliminar...

En ese momento no das crédito, y luego piensas, "Vaya un aburrimiento que me tienen!"

P.D.: Cri, Cri, Cri, Cri...

sábado, 13 de agosto de 2016

P.D.: No es un Adiós...

P.D.: Pronto hará un mes que no estás, y la verdad es que me cuesta reconocer que es así. Te recordamos mucho, con momentos vividos, con momentos que viviste con mamá, y que ella recuerda entre una mezcla de tristeza, alegría y dolor, pero sobre todo, con desconcierto, por no entender qué es lo que ha pasado, o por no saber hasta qué punto te ibas tan pronto y sin remedio.
Ayer hubiera sido tu cumple, mi hermana te felicitó; sin embargo, yo brindé, brindé por ti, con amargura por saberte lejos y sin retorno, brindé por mi, por un presente y un futuro que espera ser devorado y, sobre todo, vivido; porque sí, lo que vivamos, es lo que nos vamos a llevar, y por ello, hay que exprimirla hasta la última gota, con lo bueno y lo malo, como hiciste tu.

¿Sabes? Me va a costar mucho que llegue el 16 de Marzo y no suene el teléfono, y no seas tu diciendo "Felicidades Sobrina!" como cada año desde que recuerdo, ese día sabré que es verdad y qué extraño será.

Pero una cosa sé... Es un Hasta luego.

Te quiero Tata.