Y un día, conoces una persona donde las palabras van más allá del "jijiji" o del "jajaja", simplemente fluyen y construyen caminos, casualidad? No, bajo mi punto de vista, claro. Habrá quien piense que el cruzarte con alguien es como quien lanza los dados y espera a ver qué sale. Habrá a quien le funcione ese pensamiento, a mi no. Siempre he creído que si en tu camino se cruza alguien es porque se tenía que cruzar, igual a la inversa; tiene una finalidad, puede que solo sea un instante, un día, meses, años, da igual, ha pasado y es por algo.
Pues bien, esa persona te pone el mundo patas arriba y lo que parece un día normal, torna en algo pleno. No hablo de "sentimientos", esta entrada no va de eso, o sí... hablo de eso que se siente cuando se está cómodo, expectante, cuando se pone a prueba tu ingenio, donde te despiertan los sentidos y te dan alas para volar más allá de lo establecido. Habrá quien piense "pues vaya un aburrimiento", pues anda y que te den viento (con todo el respeto), porque a veces, cuando has pasado por ciertas vivencias o momentos, tu alma lo que necesita es espacio, tranquilidad, ver la vida desde ángulos imposibles, o al menos, un poco de aire para volver a lanzarte a vivir.
Así me encuentro yo, inmersa en un "yo te doy y tu me das". Sin reglas, simplemente disfrutando de las letras, y sinceramente, me gusta este cruce.
P.D.: Quizás el camino cambie, pero "no somos quien para cuestionar un cálculo instintivo de millones de años de prueba y error", y yo, no lo voy a hacer.
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