Cerrar los ojos y verte ahí, frente a mi... Silencioso, observador, tímido, y a la vez, provocador... Perderme en el océano de tus ojos, dejarme llevar por tus olas, sentir cómo tu viento envuelve mis sentidos y cómo me da aliento... Ver cómo todo se transforma a mi alrededor, la oscuridad se vuelve luz, los gemidos ahogados en tu cuello, cada uno de los besos que coso a tu cuerpo... Cada bocado regado con tu lengua, cada azote impregnado en caricias, cada lascivo beso, cada ardiente mirada, que me recuerdan que las cadenas que me unen a ti, dan paz y libertad a mi alma...
Un chasquido de dedos me devuelve a la realidad, mis ojos vuelven a la luz... Y ahí estás, sonriéndome una vez más...
P.D.: No hay cadenas pesadas, cuando nacen del corazón a esa persona.
Encontré esos sueños y volví a imaginar!!!
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