A veces, y solo a veces, necesitamos la más absoluta oscuridad... Aquella que nos ayuda a desahogarnos, o al menos, lo intenta... Aquella que solo nos la proporciona un sitio especial, un rincón donde solo nosotros, nos entendemos, donde el decir ciertas cosas, no importa, porque es nuestro trozo de oscuridad... Porque solo en esa profundidad de la roca, encontramos paz... E intimidad...
P.D.: A veces, y solo a veces, allí da igual gritar, porque nuestro eco, nos ayuda a respirar...
P.D.: Dos días...
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