Sumergida bajo una manta te observo llegar, cansado, pero sonriente al verme... Una botella de agua, "Los renglones torcidos de Dios" sobre la mesa, mis gafas en el suelo y el termómetro al borde del abismo en el sofá... Sin duda, estoy enferma... Me miras, te miro, me sonríes, te hago un hueco, me abrazas, me acurruco a tu lado, me besas, estoy a salvo... Jugueteas con mi pelo, me acomodo entre tus piernas y de repente... Comienzas a caminar por mis hombros, mmmmm, tus pulgares buscan mi nuca, la encuentran... Despacio, tus dedos trepan hasta mi cabello, suspiro... Tus dedos, definitivamente, invaden mi pelo, sostienen mi cabeza, aprietan, acarician, y entre gemidos me entrego a este momento, Tuyo y mío... Pasean hasta mi frente, bailan en círculos hasta llegar, de nuevo, a mi nuca; pasan de puntillas por mis hombros, se acomodan en mis clavículas... Entre caricias, tu boca se apodera de mi cuello, bocado, me lames, me besas, subiendo hasta mi barbilla, girando mi cuello, invadiendo mi boca, invadiendo mi piel, invadiendo mi pelo... Conquistando cada signo de vida de mi cuerpo...
P.D.: Momentos en el sofá, inolvidables...
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