Ayer en la comida, mis hermanas y yo hablábamos del terremoto que tenía que arrasar Roma, según las predicciones de Bendandi, en aquel momento decíamos "el día no ha terminado", así fue, el día no había terminado... A las cinco fue el primero, nerviosismo, el suelo había temblado... A las siete menos cuarto el segundo, devastador para la intensidad del mismo, sino fuera porque se produjo prácticamente en superficie... En cierto sentido estamos preparados, donde vivo tenemos un volcán durmiente, inactivo, estamos justo debajo de una falla, no es el primero ni el más fuerte que ha dado aquí, el de Febrero de 1999 fue horrible y su duración se hizo eterna, en este caso no ha durado mucho pero sin embargo, ha destruido más, llevándose vidas con él... La noche no es que haya sido más tranquila, las réplicas se han repetido en varias ocasiones y el miedo nos paraliza, nos deja pensando si la siguiente será más fuerte, aunque no debe serlo, pero la naturaleza es imprevisible y por tanto, nunca se sabe lo que puede pasar.
Tengo amigos allí, y un buen amigo allí, todavía no he podido contactar con él, espero que esté bien, tanto él como su familia, amigos, conocidos... Pero lo que está claro es que tras todo lo que hemos vivido, visto, observado en todos estos años, no somos nada, solo una manchita azul en medio de la oscuridad, dentro de ella, millones de personas que nacen, viven y mueren, y que el día sigue igualmente; por lo tanto, no merece la pena, no puedo malgastar mi tiempo en pensar en lo que pudo ser y no fue, mas que nada porque hay que vivir cada momento como si fuera el último, y francamente, hoy estás, mañana puede que no...
Todos estamos con Lorca...
P.D.: Tan solo nos separan unos kilómetros...
No hay comentarios:
Publicar un comentario