Era un día normal, como otro cualquiera de otoño, con el rojo tiñendo los árboles, con las hojas invadiendo las calles, la lluvia sorprendiendo a cada momento, con el viento acompañando cada susurro que lanzaba al viento... Caminaba rumbo a... sumergida en sus pensamientos, envuelta en mil y un dilemas, en preguntas que posiblemente no tuvieran respuesta, en respuestas que quizás nunca tendrían la pregunta... Era un día de otoño como otro cualquiera, el cual había nacido con una llamada, con una sonrisa, con una riña, pero en el fondo, con el cariño de quienes se conocen bien... Era un día de otoño como tantos otros, con frío helando las manos y la cara, con gotas de lluvia resbalando por la cara, con el silencio solo roto por el correr de las hojas secas, con cada suspiro que un recuerdo liberaba... Era un día de otoño como nunca existió otro, donde ella sabía su destino, donde cruzarse con su mirada sería algo único, impredecible y extraño, pero que sin ese riesgo, nunca llegaría a su anhelado destino... Nunca llegaría a susurrarle al oído, lo que tantas veces había lanzado al viento, con cada suspiro...
Hoy quería escribirte aquí, en mi rincón, pero no es el lugar... Y lo sabes...
P.D.: Muaaaaaa
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