Hay personas a las que les cuesta expresar sus sentimientos, sus pensamientos, sus miedos, sus ilusiones, en fin... Todo aquello que hace que se desnuden frente al resto... Yo fuí así durante mucho tiempo, demasiado creo, de pequeña, era todo alegría, se refleja en las fotos de mi niñez, una niña despierta, demasiado lista (eso hoy día sigue, veo más allá de las palabras, y eso a veces, es un problema), risueña, algo "cleptómana", ladronzuela (me dió por ahí con 5 años, robar zapatos de barbie, mis padres optaron por regalarme barbies, y problema solucionado); conforme crecía, fuí construyendo a mi alrededor una coraza, caparazón que me protegía de los demás, era una chica normal, pero con una percepción de mi misma algo equivocada, no podía mirarme en los espejos (hoy día, a veces me cuesta hacerlo), es duro mirarse en un espejo y no reconocerse, yo no me reconocía... Hoy, miro aquellas fotos, de esa época, y pienso, que tonta!! era una chica normal, a la que no le sobraba un gramo, pero yo siempre veía que me sobraba de aquí, de allí y de más allá... En la universidad toqué fondo, a veces, tienes que decir auténticas barbaridades para darte cuenta de que no vas por el buen camino, y así fue, no hay cosa más dura que decirle a una madre que quieres desaparecer para así no dar calentamientos de cabeza, y ahí desperté... Me costó, mucho, pero salí de allí, de aquel amasijo de sentimientos encontrados donde todos eran negativos; conocí personas magníficas, otras no tanto, pero fuí encontrándome a mi misma, y con eso basta... Luego conocí a una persona, me dió luz, yo le día a él, y aunque cada uno vive en su particular oscuridad, siempre habrá un hilo muy fino que nos una, y con eso, es suficiente...
Por qué contar esto? Porque la vida es corta, mucho, día a día, veo como la vida se va de un ser querido, no debería la muerte cebarse tanto con una familia, pero es así, y no quisiera que llegado el momento, mi vida solo hubiera quedado en este capítulo, y no, en los muchos que me quedan por escribir...
P.D.: Hoy es 18 de noviembre, sí, lancé una carta al viento, y cómo no, llegará a su hora, a su destino... Porque no hay nada más grande, que el silencio y las palabras para expresarlo...
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