El viaje terminó y con él, se han creado miles de recuerdos, de anécdotas, de risas, de miradas y sobre todo de olores, colores, sabores, texturas... Podría decir lo maravilloso que ha sido y ya está, pero me quedaría corta, como le decía a mi cuqui cuando regresé "me quiero ir otra vezzzzz" jajaja, pero de momento no es posible... La temperatura fue perfecta, el sol nos acompañó durante todo el fin de semana, el trato del personal del hotel como de la gente de Sigüenza inolvidable, lo único malo, las calles de piedra y empinadas hasta el cielo jajajjaa, mi rodilla falló, pero yo siempre voy preparada por si... La sesión de Spa fue un momento delicioso, tranquilidad, relax, rodeada de naturaleza, el silencio solo era roto por el cantar de los pájaros, el cappuccino que me tomé a los pies de un gran almendro en flor con una leve brisa que formaba una lluvia de flores sobre mi... Cada momento, cada instante, ha sido especial...
Como siempre, Rusticae me ha vuelto a sorprender y en esta ocasión el hotel Molino de Alcuneza, así que como bien puse en el libro de visitas... Volveré!
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