
Hay épocas en las que el insomnio se convierte en nuestro compañero fiel, pase lo que pase, cada noche asiste puntual a su cita con el no dormir... Ojos como platos, vueltas, mirar el reloj, y nada, así hasta que te rindes, te levantas, paseas, vuelves a mirar el teléfono, enciendes el pc, lo apagas, porque te niegas a tenerlo encendido, intentas coger la postura en la cama, desmontas la cama, te ries, te enfadas, oyes todos los ruidos de la noche, recuerdas, porque te da tiempo a pensar y pensar, hasta lloras, pero finalmente, cuando el sueño parece que llama a tu puerta, por finnnn, te das cuenta que es la hora de levantarte... Y con eso, te sobra y te basta, para desear que la noche no vuelva más...
P.D.: Y sí, esto? Un día tras otro...
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