Se han necesitado dos meses, dos meses que se dice poco!! Pero al fin, llueve aquí de nuevo... Ha costado, pero desde anoche sobre las diez, el cielo nos ha vuelto a regalar algo maravilloso, su llanto... Dicho así resulta algo triste, pero no lo es... La lluvia me encanta, cómo nace tímida, cómo va cogiendo fuerza, limpia las calles, limpia los coches, todo... Y en cierto sentido, hasta a las personas... Arrastra todo pensamiento malo, al menos en mi, y hace que quite importancia a las cosas, aquellas que, por mi forma de ser, suelo tener en cuenta, y que en verdad, no la merecen... Estamos en alerta por nieve, creo que sería un regalo perfecto a tanta discordia, pero por lo menos, tenemos el frío; un frío que corta la cara, que se mete en los huesos, por el clima que tenemos, y que ni metiéndote dentro de la chimenea te calientas... Un frío que me acompaña en mis paseos, como la lluvia, anoche, no pude resistirme y zas!!! A la terraza, como un árbol plantado que recibe las gotitas de lluvia como una dulce caricia... Sí, a veces, hay que improvisar, perder el norte, para encontrarte de nuevo... Y yo, cada día, disfruto y disfrutaré de todo lo que me regala la vida, porque sea bueno, lluvia, frío, risas, besos... O malo, discusiones, lágrimas, dolor... En el riesgo, está la victoria...
P.D.: Posiblemente, nunca me cure del resfriado (aunque no debería decir NUNCA, palabra fea y sin sentido, existente), pero por una fiebre y una bronquitis, no voy a parar mi vida...
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